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Sobre las expectativas despertadas por el sistema SENSAR

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Después de asistir a la jornada de presentación del Sistema Español de Notificación en Seguridad en Anestesia y Reanimación (SENSAR) y viendo algunas de las preguntas que se plantearon, me gustaría hacer algunos comentarios al respecto de lo que es y lo que no es el sistema así como lo que puede y no puede esperarse de un sistema de estas características. Pues me pareció que algunos comentarios apuntaban a que se habían establecido, o podían establecerse, unas expectativas que corrían el riesgo de verse defraudadas.

Todo el movimiento por la seguridad del paciente pretende conocer las cosas que van mal (“things that go wrong”) en la asistencia sanitaria para poder ponerles remedio. La información sobre lo que va mal no se puede obtener de una única fuente ni con un único método: es necesaria la utilización de fuentes y métodos complementarios. Tradicionalmente, algunos de los métodos más importantes de obtener esta información han sido la revisión de historias clínicas en busca de eventos adversos (metodología del Harvard Medical Practice Study aplicada en España en el estudio ENEAS), el seguimiento de indicadores de seguridad del paciente (por ejemplo, los indicadores de la AHRQ basados en datos del CMBD), las reclamaciones presentadas por los pacientes a los serviciones de atención al paciente o en los juzgados y los sistemas de comunicación de incidentes. Ninguna de estas fuentes permite obtener una visión completa de la seguridad del paciente en una institución sanitaria, por lo que es necesario complementarlas. El hecho de disponer de un sistema de comunicación de incidentes no supone, en ningún caso, que se deba abandonar otras actividades de las mencionadas anteriormente ni podemos confiar en que el sistema de comunicación de incidentes nos va a dar toda la información que necesitamos. Tiene algunas ventajas claras:

1. Es una herramienta fundamentalmente de aprendizaje.

2. Opera sobre incidentes que en su mayoría no han causado daño al paciente. Éstos son los más frecuentes (mayor cantidad de información) y carecen de la carga psicológica de los incidentes que han producido un daño al paciente.

3. Es proactiva y permite la adopción de medidas frente a incidentes que no han causado daño.

4. Fomenta la cultura de seguridad en la organización: la seguridad del paciente se convierte poco a poco en uno de los objetivos prioritarios de la organización.

5. Es barato.

Sin embargo, de sus características emanan también algunas limitaciones:

1. Al ser voluntaria no permite establecer datos epidemiológicos (sólo se comunica una parte muy pequeña de lo que realmente ocurre: infracomunicación). Por ello mismo, es difícil establecer la eficacia de las medidas adoptadas: demostrar el valor de comunicar puede ser complicado en términos de medicina basada en la evidencia.

2. Al ser anónima no permite investigar lo que ha ocurrido con la profundidad de, por ejemplo, un análisis de causa raíz, en el que se conoce el paciente y todos los profesionales que intervinieron y se mantienen entrevistas con todos ellos para aclarar todos los extremos del caso. En un sistema de comunicación de incidentes sólo hay dos fuentes: la comunicación realizada por un profesional (comunicador) y el análisis general de cómo se realiza el proceso en el hospital y cómo puede ser mejorado para que los incidentes no se repitan (analizador).

Así que, por favor, no abandonen otras actividades dirigidas a mejorar la seguridad de sus pacientes y adopten este sistema como una actividad complementaria de las mismas. Un sistema de comunicación y análisis de incidentes no es una varita mágica que soluciona todos los problemas relacionados con la seguridad del paciente.

Antonio Bartolomé
HU Fundación Alcorcón

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