BJA Monográfico 4: Doing a good job and getting something good out of it: on stress and well-being in anaesthesia
CÓMO DISMINUIR EL ESTRÉS DE LOS ANESTESIÓLOGOS
Doing a good job and getting something good out of it: on stress and well-being in anaesthesia
Larsson J, Sanner M. Doing a good job and getting something good out of it: on stress and well-being in anaesthesia. BJA 2010; 105 (1): 34-7.
Por Maite Portas. H.G.U. Gregorio Marañón . SENSAR Grupo de Formación
Este artículo aborda de un modo somero el tema del estrés en los anestesiólogos. Las soluciones que ofrece no tratan de cambiar el entorno de trabajo, si no que se basan en el manejo que el propio anestesiólogo puede hacer para transformar situaciones estresantes en una experiencia satisfactoria.
Los anestesiólogos son profesionales comprometidos que ponen gran empeño en el desarrollo de su trabajo y constituyen un grupo de riesgo para el síndrome de “burn-out”.
Causas de estrés
El artículo cita los principales resultados de varios estudios europeos.
- En un estudio realizado en las Unidades de Cuidados Críticos del Reino Unido las dos situaciones más estresantes fueron la no disposición de camas libres y la sobrecarga de trabajo. Otras fuentes frecuentes de estrés fueron el manejo de la muerte y la comunicación con familiares afligidos.
- Entre anestesiólogos belgas las principales fuentes de estrés fueron la falta de control sobre el trabajo y las dificultades en la comunicación con los cirujanos, seguido de las horas extras, la dificultad para hacer una pausa o tener tiempo para labores no asistenciales. Sin embargo, el nivel de estrés de los anestesiólogos no fue mayor que el de otros trabajadores.
- La encuesta realizada en 2006 a anestesiólogos finlandeses muestra que las guardias son su principal causa de estrés, seguido de la conciliación de la vida laboral y familiar1. Para comprender estos resultados conviene leer la cita original. Los anestesiólogos finlandeses están obligados a hacer guardias hasta su jubilación, algo que no ocurre con otros especialistas de su país. Afecta más a mujeres que a hombres, lo cuál podría deberse a que soportan una mayor carga de trabajo doméstico y la valoración que conceden a la hora de priorizar el hogar sobre el trabajo. Los anestesiólogos más jóvenes también son más sensibles al estrés, tal vez porque realizan más guardias que sus colegas de mayor edad, por falta de habilidad o la dificultad para consultar en las guardias.
- Kinzl analiza el estrés laboral y las estrategias para afrontarlo en función del género en un hospital universitario austriaco. Las mujeres experimentan estrés con mayor frecuencia que los hombres como consecuencia de la falta de control sobre el trabajo. Finalmente, la inteligencia y la constitución física son atributos importantes de las estrategias anti-estrés, mientras que los varones confían más en sus habilidades profesionales. Si se lee el artículo de Kinzl2 también para las mujeres es más importante el apoyo familiar y de sus superiores que para sus compañeros varones, del mismo modo que dan menos relevancia a la atmósfera de trabajo. Sin embargo, las diferencias entre géneros no son significativas en ninguna de las estrategias anti-estrés. La mayoría de los participantes consideran que un horario laboral más flexible y la disponibilidad de más tiempo libre constituirían una importante mejora en su calidad de vida, así como en la de sus familiares y amigos.
- En otro estudio de Larsson los residentes de anestesiología describen su trabajo como muy demandante, en el que sienten falta de apoyo, soledad e insuficiencia. Sin embargo, en otro trabajo muy similar realizado con médicos adjuntos el tono fue menos emocional y en general se declararon contentos con su trabajo3. No obstante, estos datos hay que analizarlos teniendo en cuenta las posibles diferencias en los sistemas de formación de los diferentes países, especialmente el grado de tutela. Por otra parte, dado que a medida que aumenta la experiencia de los anestesiólogos se les asignan casos más complejos, continúan estando expuestos a situaciones potencialmente no controlables y por ende, estresantes.
- A nivel físico, las repercusiones son mínimas y sin diferencias con respecto a otros colegas (ligero aumento de la tensión arterial o frecuencia cardíaca en comparación con los días libres).
Diagnóstico de la situación
Ante una situación clínica potencialmente estresante, el primer paso es definirla como una amenaza o un reto. Una amenaza implica un posible resultado desfavorable que puede dañar al anestesiólogo, mientras que los retos evocan sentimientos positivos tales como impaciencia o curiosidad.
Resolución de problemas
Los problemas principales a los que se enfrentan los anestesiólogos pueden clasificarse en situaciones médicas complejas, sobrecarga de trabajo y decisiones éticamente complejas.
- El abordaje de las situaciones médicas complejas consiste en simplificar, pedir consejo y apoyo de los compañeros.
- En los momentos con sobrecarga de trabajo hay que priorizar las tareas, delegar trabajo en enfermeras u otros médicos y pedir ayuda a compañeros.
“Creo que es importante conocer tus propias limitaciones… atreverte a decir no… el tiempo para investigación es en cierto modo relajante. Durante unas pocas semanas al año controlo mi propio tiempo…”. Esto es un extracto de una entrevista a un anestesiólogo sueco3. Larsson describe como algunos entrevistados han aprendido lo importante que es no llevar trabajo a casa.
- En cuanto a las situaciones éticamente complejas, incluso los anestesiólogos experimentados experimentan dificultades. Los comités clínicos de ética y las reuniones de grupo en los que enfermeras y médicos expresan sus experiencias son de gran ayuda a la hora de tomar decisiones.
Con la experiencia, la mayoría de los anestesiólogos inconscientemente desarrolla este proceso cognitivo que les lleva a transformar las amenazas en retos a pesar de no tener una formación específica para ello. Con el tiempo han asumido que las dificultades y los casos complejos y demandantes son una parte de la especialidad, han aceptado los límites de su propia competencia y las limitaciones de la propia medicina. De este modo, pueden mitigar el estrés incluso cuando los problemas no pueden solucionarse favorablemente. Este aprendizaje es fundamental para los residentes de anestesiología, dado que son los más vulnerables3. Los residentes son población de riesgo para el síndrome de burn-out4 o de desgaste profesional (deterioro físico, cognitivo y emocional, acompañada de una actitud negativa y disminución de la eficacia profesional), como consecuencia del estrés crónico. Por otra parte, el exceso de estrés dificulta el aprendizaje. Sus formadores deben enseñarles dichas estrategias de un modo activo, sin esperar a que suceda de un modo espontáneo. Los residentes pueden verse tentados a evitar las situaciones estresantes. Pero la evasión es una mala estrategia, dado que se asocia a malos resultados en términos de salud mental. Deben permanecer en los casos complejos y recibir el apoyo necesario.
BIBLIOGRAFÍA
- Lindfors PM, Nurmi KE, Meretoja OA, Luukkonen RA, Viljanen AM, Leino TJ, Härmä MI. On-call stress among Finnish anaesthetists. Anaesthesia 2006; 61: 856-66.
- Kinzl JF, Traweger C, Trefalt E, Riccabona U, Lederer W. Work stress and gender-dependent coping strategies in anesthesiologists at a university hospital. J Clin Anesth 2007; 19: 334-8.
- Larsson J, Rosenqvist U, Holmström I. Enjoying work or burdened by it? How anaesthetists experience and handle difficulties at work: a qualitative study. BJA 2007; 99 (4): 493-9.
- Nyssen AS, Hansez I. Stress and burnout in anaesthesia. Curr Opin Anaesthesiol 2008; 21: 406-11.